Todos tenemos un amigo con el que desde niños hemos compartido nuestra vida. Todo lo bueno, lo malo, etc. blablablabla.Ya sabes a lo que me refiero, ¿no? Un verdadero brother, valedor, camarada, etc, etc, etc.
Bueno... casi todos. Hay algunos que de plano no se les da eso de tener amigos. No porque no quieran, sino que tal vez no tienen suerte, carisma o ve tú a saber. Cualquiera de esas razones es triste. Y tristemente, para algunos lo más fácil es encariñarse con un objeto, a tal grado que lo consideran parte vital de su existencia.
[No, tú no. A ti te veo hasta diciembre. Pero la idea es parecida.]
¿De qué estoy hablando, entonces? Del niño con el que comienza la historia de TED, cinta que resulta ser el debut del comediante/actor/escritor Seth MacFarlane, famoso por Family Guy y American Dad.
Johnny es un niño tan solitario que cuando sus padres le regalan un oso de peluche la consecuencia obvia era que se aferrara tanto a él que deseara con todas sus fuerzas que de verdad hablara. Y como todos sabemos, Navidad es la fecha estereotipo preferida por los gringos para que los deseos se hagan realidad. (Inserte aquí paz y buena voluntad. O no.)
Mágicamente el osito cobra vida y Johnny obtiene lo que siempre había querido: un mejor amigo. Y después consigue tener una vida normal, tanto como se puede ser normal cuando tienes un animal que habla por amigo, y te la pasas todo el día de viaje con él (if you know what I mean).
[Sí, yo también me acordé de estos dos. Wilfred y Ryan, pa' los cuates.]
Lo más difícil de crecer es adquirir responsabilidades. Claro, existe quien ama locamente su trabajo y con gusto lo haría gratis, pero aceptémoslo: tendrías que estar en drogas para soportar un trabajo sin futuro en una agencia de renta de autos, y... bueno, es justamente lo que el ahora adulto John (Mark Wahlberg) hace. ¿Ya dije que a él y a Ted les gusta la hierba?
Ahora que... aunque el verde es vida, y los viajes ilustren, uno tiene que pagar la renta, así sea con un trabajo miserable. Y ese último detalle a mí también se me olvidaría, si llevara 4 años con una novia como Mila Kunis.
[Dicen que no puede mantenerle la mirada a un gato: siempre explota la cabeza del gato]
Claro que harías lo que fuera por mantenerla contenta ¿no? ¿NO? Aunque eso signifique crecer, volverte responsable por fin y tener que despedirte de tu hasta entonces mejor amigo (momento ojoRemi, por cierto)... Y bueno, ése es el problema. En realidad son dos en uno: el clásico conflicto romance vs bromance, alimentado por la falta de madurez de quien se aferra a algo que, voluntariamente o no, no le permite continuar con su vida.
[Porque, claro, ¿qué más necesitas?]
¿Puedes creer que todavía hay zoquetes que llevan a sus hijos a ver una película, sólo porque en el cartel aparece un tierno osito de peluche? ¿De verdad no se molestaron en investigar de qué iba la cinta? Y es que Ted es precisamente lo que alguien que haya visto Family Guy esperaría. Chistes de mal gusto, gags sexosos, situaciones bizarras y/o grotescas... ya sabes, el tipo de idioteces que nos hacen reír a los adultos (o niñotes, whatever). Es como un capítulo muy largo de Family Guy mezclado con American Dad. Incluso la voz de Ted es muy parecida (que no igual) a la de Peter Griffin. Yo diría que tiene el mismo sentido del humor, pero con algo de Stewie y Brian en el mismo paquete esponjoso y peludo.
[Tiempo de calidad en familia.]
Si logras superar eso, y tratas de no pensar en que quitándole los chistes podría ser una película tipo Stewart Little, estás del otro lado. Yo la pasé bien, tiene momentos muy graciosos (entre ellos un par de alusiones al 9/11, lee aquí porqué); y también emotivos, no lo voy a negar. Al final de cuentas, está claro que todos necesitamos un amigo para compartir cosas, aunque sean tan diferentes entre sí como una bolsa de marihuana y una canción para dejar de tenerle miedo a las tormentas.
[Thunder buddies.]
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