Dead Island: Zombies en el paraíso | Videojuegos Zombies

Dead Island: Zombies en el paraíso | Videojuegos Zombies

Bajas de la camioneta, después de haberla estacionado a un lado de las bombas de gasolina, y asegurarte de que nadie te haya seguido. El simple hecho de haber llenado esos tanques te ha puesto algo nervioso. Puede que haya sido la espera, o el silencio, o una combinación de ambas. El lugar está abandonado y, en apariencia, tranquilo. Tal vez demasiado.

Entras a la tienda de paso, con la esperanza de encontrar algo de comida para llevar al campamento. Agua. Medicinas. Lo que sea es útil. La situación cada día se hace más crítica: algunos sobrevivientes comienzan a impacientarse por la falta de provisiones y, si el hambre no acaba con el grupo, la violencia lo hará. Así que más vale que encuentres algo.

Bingo. Resultó que el almacén estaba bastante surtido. Poco a poco vas llenando la pick-up con latas de conservas, leche, dulces, incluso algunas botellas de vino y unas cuantas cervezas. Has logrado reunir lo suficiente para por lo menos un par de semanas, pero todavía hay espacio en la camioneta para un poco más. No sabes si tendrás otra oportunidad como ésta, así que decides regresar a la bodega.

Tendrías que haberte ido mientras podías. Cuando sales con la última caja en brazos, te topas con un cadáver viviente que se lanza gruñendo hacia ti. Lo golpeas con la caja (adiós provisiones) y corres hacia tu vehículo, agradeciendo haber cargado con el hacha en el asiento del copiloto. El zombie te sigue, y decides esperarlo de pie. Sólo necesitas calcular el momento preciso. Sólo necesitas un golpe certero. El engendro ataca, y en cuestión de segundos, un movimiento basta para cortarle la cabeza de un tajo

[Home run. (ya sé que eso no es un hacha, pero el efecto es muy parecido)]

Suspiras aliviado, pero te basta mirar atrás para descubrir a una docena de figuras andrajosas y malolientes que se aproximan tambaleándose hacia donde estás. No estás seguro cómo, pero de pronto están a punto de rodearte. Rápidamente giras y partes en dos a uno de ellos. Balanceas el hacha hacia el lado opuesto y cortas un brazo, luego una pierna. Otra criatura te roza el cuello con los dientes, pero logras escabullirte. Comienzas a correr, pero el esfuerzo que has hecho para defenderte te ha cansado. Exhausto, te detienes un momento para respirar. Dos zombies más se acercan. Te quitas de encima al primero, pero el otro tropieza y alcanza a agarrarte del tobillo. Intentas desesperadamente zafarte, y justo cuando te preparas para romperle el cráneo, un tercer infectado te toma de un brazo. Casi no te quedan fuerzas; lo empujas hacia un lado, pero vuelve a arremeter. Ahora son cuatro, cinco. Te arañan, intentan a toda costa cerrar su boca en un trozo de tu carne. Logras esquivarlos, pero de pronto sientes un intenso dolor en la parte baja de la pantorrilla. Habías olvidado al que yacía en el suelo. Estás muy cansado. Seis, siete. Mientras sientes como la vida se va drenando poco a poco de tu cuerpo, sólo esperas que tus compañeros puedan escapar de la isla. Nueve, Diez. De pronto sólo piensas en tu hogar. Doce, quince. Son demasiados.


[Game over.]

Dead Island no es un videojuego nuevo, ni mucho menos, apareció hace aproximadamente un año. Si he decidido hablar de él, es porque como gamer y fan del género zombie ha sido una de las sorpresas más gratas que he tenido frente a la televisión. Desde el emotivo y muy aclamado trailer, se antojaba una experiencia refrescante con respecto a tantos y tantos juegos de zombies en el mercado.

La historia es la de casi siempre: de pronto se desata el apocalipsis zombie por razones totalmente desconocidas, la gente se vuelve loca y (obvio) todo es caos y baños de sangre. Sólo que esta vez te encuentras en una isla del Pacífico Sur. Bueno, y entonces ¿qué lo hace un gran juego? Aquí van mis razones.

  • Los zombies.

Duh. Obvio. Pero aquí lo interesante es el factor escenario. Los tipos de zombies van cambiando según la etapa del juego en la que te encuentres: desde habitantes promedio de la ciudad hasta vagabundos, pasando por chicas en bikini, policías, o el típico turista gordo en camisa y shorts, hasta... bueno, no quiero arruinarte la sorpresa.

Por otro lado, están muy bien modelados. Cuando te atacan, la cámara hace un close-up a sus caras y puedes ver de cerca las llagas y la sangre en sus ojos. Incluso cuando los ves a unos 2 o 3 metros puedes ver las heridas y los huesos en algunos de ellos. Y gritan, y rugen. Vaya, sí te ponen nervioso. Es real que si te distraes, pueden acorralarte. Así hasta se te quita el coraje cuando te matan entre ocho. O entre quince. Y eso sucede más frecuentemente de lo que cierto superhéroe quisiera admitir. *llora en un rincón mientras se chupa el pulgar*


[What's up, guys?... Guys???]

  • Elementos RPG.

Debo confesar que no soy demasiado fan de los RPG (Role-Playing Game). Nunca jugué Final Fantasy, por ejemplo (perdón, no me odies compañero geek). Eso de estar subiendo de nivel y desbloqueando poderes y magias y esas cosas no se me daban. Pero aquí no es magia lo que obtienes, sino mejoras en tres habilidades básicas: fury, combat y survival. Fury es una especie de "poder" con el que te pones todo loco y matas zombies más fácil y rápido. Combat tiene que ver con cosas como la habilidad para cierto tipo de armas, mayor alcance, mayor daño, lo rápido que te cansas, etc. Y Survival tiene que ver con tu nivel de energía, qué tan rápido puedes abrir cerraduras, o qué tanto te ayudan los alimentos o medicinas que vas encontrando. Ah, casi olvido mencionar que en Combat también puedes aprender un par de movimientos muy útiles y... recreativos.


[Cadena de oro, pulseras y reloj: 5000 dlls. Ropa hip-hopera de diseñador: 3000 dlls. Aplastar de un pisotón la cabeza de un zombie: No tiene precio.]

Hasta aquí no parece nada fuera de lo común. Si no fuera porque los porcentajes que aumentan tus habilidades en cada nivel no son muy altos. Eso le sube dos rayitas de realismo al juego, y eso que aún no he hablado de las armas. Oh, sí.

  • Las armas.

Los primeros diez minutos del juego pueden resultar un poco tediosos. Empiezas en un hotel abandonado y pues, tienes que buscar, entre cientos de maletas regadas, no sólo provisiones, sino algo que sirva para defenderte: un cuchillo, un remo, un palo de escoba, un martillo. Sí, leíste bien. En Dead Island, hasta un martillo puede ser un arma relativamente decente. Eso sí: depende cómo la modifiques. Cinta de aislar, clavos, vendas, baterías. Casi cualquier cosa te sirve y lo mejor es que al principio no tienes idea de cómo. Conforme avanzas, vas encontrando planos con instrucciones para armar verdaderos instrumentos para matar. ¿Qué te parece un bat-antorcha, o un hacha que produzca descargas eléctricas? ¿Qué tal un machete impregnado con veneno? Hay muchas posibilidades, algunas de las cuales dan resultados muy espectaculares. Otra cosa que da un toque de realismo es que las armas se desgastan con el uso. Muy al estilo de Fallout 3 (del cual también soy muy fan), todas las armas se van deteriorando con el tiempo, por lo que debes repararlas constantemente. Lógico. No puedes esperar que con tanto madrazo tu bat de madera no se rompa eventualmente, por mucho que lo hayas reforzado con clavos y demás.

[Créeme, no quieres que eso pase en medio de una pelea.]

Por cierto, también hay armas de fuego, y sí son necesarias a veces. Pero te contaré un secreto: usarlas -contra los zombies, al menos- no es tan fácil y/o divertido como en, no sé, Left4Dead, por ejemplo. No te preocupes: nada como un fiel bat o la crowbar de rigor.

  • Las misiones alternas.

Seamos realistas. ¿A alguien le gusta completar las misiones alternas? Tendemos a verlas como algo inútil, de no ser porque puedes hacer dinero con ellas, o conseguir objetos necesarios para tu objetivo principal. Fuera de esas razones, bien podrían no existir. Pero en esta isla destinada a la perdición, se vuelven fundamentales, ya que los sobrevivientes dependen de lo que tú hagas o dejes de hacer para ayudarlos, y llega un punto en que tu avance sí se ve condicionado por eso. Y bueno, el pequeño relato al principio de este post trata de explicar cómo algo aparentemente simple como buscar comida puede convertirse en todo un drama. Son este tipo de cosas las que te sumergen en el universo del juego, y siempre se agradecen.

[De pronto salir a la tiendita de la esquina cobra un nuevo significado.]

  • Los escenarios.

Por último, hablaré de las "locaciones". Como ya he dicho, el juego se desarrolla a lo largo y ancho de la isla ficticia de Banoi, en algún lugar cercano a Papúa-Nueva Guinea. Los lugares en donde luchas por tu supervivencia son poco menos que grandiosos. El nivel de detalle es muy alto, y los escenarios se sienten vivos. O bueno, no... muertos. O no-muertos. Creo que me entiendes ¿verdad? Sin mencionar que de pronto puedes perderte muy fácilmente si no usas el mapa. Otro punto de realismo. Aplausos.


[Alguien debería quejarse con el gerente para que limpien este cochinero.]

El juego no es perfecto, por supuesto. Dentro de los detalles negativos están los tiempos de carga entre escenarios y/o misiones. Mientras esperas a que empiece la acción ¿por qué no vas a prepararte un café? Otra cosa que no me encantó fueron los pequeños cortos animados, ya que las gráficas, particularmente en estos videos, no son de lo mejor, y ni hablar de las expresiones faciales de los personajes. Al tratarse de elementos para contar la historia, uno pensaría que los desarrolladores le habrían echado más ganitas para pulirlos y que se vieran bien. Digo, lo hicieron con los zombies ¿no?... Tal vez estoy pecando de purista, pero es sólo mi opinión. También hay zombies "especiales" y... sólo digamos que si has jugado Left4Dead entenderás mi punto. Y por último... sí, adivinaste: las misiones alternas se pueden volver algo repetitivas. Necesarias, sí, lo son, pero repetitivas. Pero, siendo sinceros, todas éstas son cosas que no te cuesta trabajo pasar por alto.

[Como seguramente pasaste por alto al zombie de la derecha, mientras intentabas apuntarle a los otros.]

Dead Island es un gran juego. Es un must si eres fan del género zombie, del survival horror o incluso de los first person shooters. El nivel de inmersión que logra es tal que no sólo te dejan de importar los pequeños detalles que ya mencioné, sino que además, como buen sandbox, puedes simplemente olvidarte de las misiones y dedicarte a explorar la isla, con el valor añadido que supone enfrentarte a una legión de muertos vivientes, y pasar horas de (in)sana diversión cortando extremidades y aplastando cabezas de zombies... Perdón, me acordé que me tengo que ir a una junta muy importante... *prende el Xbox*.


[Feliz excursión.]

Mar, 10/16/2012 - 13:39 -- Capitán Mantequilla