The Walking Dead 3ra Temporada | Series de TV

Hace apenas dos meses estábamos todos vueltos locos por el regreso de The Walking Dead a las pantallas; fueras o no fan del cómic y/o de la serie, si sólo esperabas ver cómo continuaba la historia de Rick y su grupo de sobrevivientes al apocalipsis zombie, o si tu motivo era tan simple como el morbo de saber si el dramón telenovelero de la segunda temporada seguiría igual o si el show mejoraría (o empeoraría). El punto es que fue todo un acontecimiento. Y pues nada. Aquí estamos, tan sólo unas cuantas semanas después, con ese vacío existencial que ha dejado el final de media temporada. Y como en el Blog del Macho nos preocupamos por nuestros camaradas machines, aquí van mis opiniones/comentarios/predicciones/reseña/crítica/resumen o como quieran llamarle, de algunos de los momentos más memorables de esta primera mitad de temporada.

MUY IMPORTANTE: Obviamente, esto está lleno de spoilers. Si no han terminado de ver la tercera temporada de la serie, corran a ponerse al corriente, les aseguro que este post seguirá aquí (o eso esperamos, si es que antes no se acaba el mundo).

NO TAAAN IMPORTANTE, PERO TAMBIÉN: Fuera de este párrafo, prometo no hacer ninguna referencia al cómic. Creo que ya estamos hartos de las comparaciones. Después de 8 capítulos en esta temporada, me ha quedado clarísimo que la idea de los escritores es -y siempre ha sido- experimentar con el universo de TWD, al grado de hacerlo aún más distópico de lo que ya era (como una distopia de la distopia… ¿Deadception?). Hubo un par de cosas que me gustaron como espectador, pero que al mismo tiempo no me gustaron como fan de la novela gráfica. En un post pasado, antes del estreno, mencioné como una “clave” el número 48 del comic. Lean toda la historia hasta ahí (bajo riesgo de quedar marcados para siempre) y sabrán de qué hablo. En fin, he aprendido a vivir con ese conflicto. Ahora sólo tengo unos cuantos deseos frustrados de geek y un par de teorías que no voy a decir (no las serias, al menos). Además, el show ha alcanzado ese extraño punto en el que cualquier especulación que se haga podría ser más spoiler del cómic -para quienes no lo han leído- que de la serie en sí.

(Por cierto, si buscaron distopia y no lo encontraron, es porque según la RAE no existe. Lo traduje directamente de dystopia. Por 2 razones: no se me ocurrió otra palabra, y porque puedo.)

Empecemos, pues.

 

1.    Melindrosos post-apocalípticos.

 

La primera escena muestra a los sobrevivientes entrando a una casa, registrando cada rincón en busca de comida, deshaciéndose de los zombies a su paso. Se puede ver la dinámica que el grupo ha desarrollado, luego de vagar durante meses de casa en casa: los hombres asegurando el lugar primero, y las mujeres entrando después. Hasta ahí todo bien. Lo interesante empieza cuando Carl (quien al parecer ya no es el mocoso inútil de las temporadas anteriores, cosa que confirmamos más adelante) encuentra un par de latas de comida para perros, las cuales se dispone a abrir, mientras todos hacen cara de “no mamen que vamos a comer eso”. En cuanto Rick se da cuenta, le quita la lata y la avienta por ahí.

No sé ustedes, pero si yo me encontrara en medio de un apocalipsis zombie y lo único que hubiera para comer fuera alimento para perros, no me pondría tan reina y me lo comería. Ok, ok, tal vez sí lo pensaría un buen rato, y probablemente vomitaría un poco, pero terminaría haciéndolo porque ¿saben? es el fin del mundo y no hay más comida, y lo poco que hay es muy difícil de conseguir. Ya no hay tienditas de la esquina ni Walmarts. Bueno, sí hay, pero la mayoría ya han sido saqueados. Sí, lo sé, es una situación muy jodida. No digo que me hubiera gustado verlos comer eso, pero habría sido un buen detalle de “pongan los pies en la tierra y aguántense, no hay de otra”. Pone a pensar hasta dónde sería uno capaz de llegar cuando las solitarias se están devorando unas a otras dentro de nuestro estómago. Y eso es lo más rescatable de toda esta secuencia, que se enfoca en la supervivencia más básica. No puedes andar por ahí despachando zombies si no tienes la energía para hacerlo.

 

 

[Si 8 de cada 10 perros lo prefieren, no debe ser tan malo ¿no?... ¿NO?]

 

Pregunta extra: ¿De dónde diablos sacaron los silenciadores para las pistolas, si no estaban cerca de un pueblo con una tienda de armas o algo parecido? ¿Debo suponer que entraron a casa de algún militar retirado o algo así?

 

[En la imagen: Carl siendo útil]

 

2.    Home (not so) sweet home. / Shit happens.

 

La verdad es que me supera cómo es que durante por lo menos 7 meses de andar vagando por los alrededores de la prisión no se les hubiera ocurrido un plan para limpiarla y quedarse ahí. Eventualmente lo hacen pero ¿es neta, Rick? ¿Y dices que todo lo haces por Lori? ¡Échale ganitas! Por cierto, casi sentí lástima por ella, después de ver cómo la trata su esposo, hasta que pensé: “¡ah, claro!, se dio a su [ex]mejor amigo; pequeño detalle”, y entonces se me pasó.

 

["Yaaaaa... perdón. Neta, perdón."]

 

En realidad no era tan complicado, relativamente. Bastaba con que una mitad del grupo distrajera a los zombies, mientras los más ágiles (Rick, Daryl, T-Dog, Glenn y Maggie-señora-de-Mantequilla) entraban y se dedicaban a cortar cabezas. Puntos por la secuencia de acción. Bien, muy bien por los zombies en riot gear. Mal que nuestros protagonistas tuvieron un lapsus de idiotez y trataron de hacerles daño a través del casco pero, en fin, nada es perfecto.

 

[¿Granaderos del Centro Histórico? Bitch, please.]

 

Y como nada es perfecto,  no podía pasar demasiado tiempo para que mordieran a alguien. Un poco más tarde, mientras recorrían el interior, un zombie le arranca un pedazo de pierna a Hershel. Por suerte, Rick se acuerda que es el líder, piensa rápido y con un par de hachazos se la hace carnitas, pensando en que así la infección no se esparciría y Maggie-mi-amor no tendría un padre zombie. Lo bueno es que tuvo razón, pero… ¿y si no? ¿Y SI NO??? Mucha tensión en unos cuantos segundos. Aplausos.

 

 

[Dicen que Hershel audicionó para Planet Terror, pero no le dieron el papel. Bien raro.]

 

Ya con los zombies afuera –o la mayoría de ellos-, la prisión se convierte en el refugio ideal: hay espacio para todos, protección contra la intemperie, protección contra los caminantes, medicinas, comida… claro, suponiendo que los presos sobrevivientes no se pongan locos y quieran reclamar todo para ellos.

Una vez más Rick demuestra el liderazgo que no tuvo durante toda la temporada pasada, y llega a un acuerdo con los reos. A cambio de la mitad de las provisiones y de quedarse con un bloque de celdas para ellos, les ayudarían a limpiar la prisión. Peeero, uno de ellos no es muy fan del trato, así que aprovecha la confusión para intentar matar a Rick no una, ni dos, sino hasta TRES VECES (la puerta que se abre “muy rápido”, el machete, el zombie). Obviamente, Rick se superencabrona y hace lo más civilizado posible.

 

[“Shit happens” = clásico instantáneo.]

 

Y no sólo eso. Se pone aún más loco y después de perseguir a otro de los presos hasta un patio lleno de mordedores (perdón, pero se me acaban los sinónimos), lo encierra ahí y lo abandona a su suerte. O sea, cena para zombies.

 

3.    No more kid stuff.

 

Lo malo, es que no contaba con que sería ese mismo preso quien después atraería a los zombies a la prisión, volviéndola de nuevo una trampa mortal. Karma is a bitch. Y ahora son varias las víctimas. Por un lado, T-Dog (a quien por cierto muerden de una forma un tanto idiota) y… pensábamos que Carol, pero al final se salva y Daryl puede estar tranquilo (nomás se hace wey, si ya todos sabemos que tienen onda). Pobre T-Dog. No digo que lo extrañaremos enormemente, seamos honestos. Pero de repente caía bien, no se metía con nadie y siempre ayudaba al grupo. Su última acción de nobleza: sacrificarse para que Carol pudiera escapar. Ni modo.

 

 

[Bad Luck T-Dog.]

 

La otra víctima es, pues, Lori. Mientras huye junto con Carl y Maggie, el bebé piensa: “creo que es un buen momento para salir de aquí” (¡¡¡DAFUQ!!!). El parto se complica, y Maggie-yo-sí-le-pongo-casita-del-Infonavit debe hacer una cesárea, sabiendo los tres que Lori no sobrevivirá y que al final de la improvisada y un tanto grotesca operación tendrán que “encargarse” de ella. En el que sin duda ha sido hasta ahora el momento más emotivo de toda la serie, Lori le dedica sus últimas palabras a Carl. Cosas de madre-hijo. Ya saben, de “ojito Remi”. 

 

 

[“Don’t let this world spoil you.”]

 

Y la cosa sigue. Poco después de encontrar los restos de T-Dog y dar por muerta a Carol, el grupo logra reunirse al fin. Rick comienza a dar órdenes, hasta que es interrumpido por el llanto del bebé. Cuando ve a Maggie y Carl salir al patio sin Lori, entiende lo que ha pasado y no le queda otra más que derrumbarse, al tiempo que vemos a un Carl totalmente inexpresivo, en shock por lo que tuvo que hacer. Chilladera everywhere.

 

 

[-Papá, deja de llorar.  -Perdimos a T-Dog...]

 

Siempre he dicho que el gran éxito de The Walking Dead es explorar el comportamiento humano en condiciones extremas. Pero esta vez fueron más allá, y seguirán haciéndolo. Ya podemos por fin hablar de una serie madura en trama y personajes cuyos conflictos son cada vez más profundos. La reacción de Rick a la muerte de Lori es el mejor ejemplo.

De pronto el líder del grupo entra en un trance, y se dedica a manejar su ira del modo menos sano posible: lanzándose él solo a despedazar zombies, sin importar lo que pudiera pasarle, con el riesgo de dejar doblemente huérfanos a Carl y la recién nacida. El punto más crítico lo alcanza cuando empieza a alucinar con las voces al teléfono de antiguos miembros del grupo, incluida su esposa. Hasta que el mismo Santa Claus-digo, Hershel, se ve obligado a darle unos zapes para hacerlo entrar en razón… ok, eso no pasó, pero habría estado bien, ¿no?

 

 

[¿Hola, Domino’s? Ya estuvo bueno. Quiero mi pizza AHORA.]

 

De hecho, yo en el lugar de Hershel habría encerrado a Rick en una celda hasta que se le pasara lo loco, líder o no. But that’s just me.

 

4.    Andrea está más loca de lo que creíamos.

 

Como se veía venir, esta temporada se ha tratado de dos historias simultáneas: una contando lo ocurrido en la prisión, y la otra narrando todo lo sucedido con Michonne y Andrea.

Uno pensaría que después de 6-7 meses que llevan juntas sobreviviendo a un mundo devastado y salvándose la vida una a la otra repetidamente, se volverían super amiguis, pero no. Después descubrimos por palabras de Andrea que Michonne es más hermética que una envoltura “abre-fácil” de tortillas de harina. Es algo que todavía no me cuadra. No termina de confiar en ella, pero al mismo tiempo se rehúsa a separarse de ella. Como una especie de Síndrome de Estocolmo post-apocalíptico bizarro.

 

 

[¿Qué era lo que estábamos viendo?]

 

Y Michonne, todo bien con ella hasta ahora. Danai Gurira ha dotado este personaje con mucha personalidad, a pesar de lo poco que sabemos de su pasado (del cual, atinadamente, Image Comics sacó un número especial). Pero, vamos, en realidad ¿cuánto sabemos del pasado de los demás personajes, fuera de algunas anécdotas? Como sea, creo que junto con Daryl se ha convertido en una de las favoritas del público.

 

 

[A lo que reaccionó con su acostumbrada efusividad.]

 

Volvamos a Andrea. Yo no sé si ya era así, o la muerte de su hermana Amy en la primera temporada la afectó más profundamente de lo que parecía. Lo que sí sé es que necesita urgentemente ordenar sus prioridades. No sé exactamente qué es lo que lleva a una mujer a meterse con puros douchebags (primero Shane, y ahora el Gobernador), aunque en este caso puede que la explicación más lógica sea la más básica: el instinto de supervivencia; la adaptación del más fuerte. Bien jugado, Darwin. Bien jugado.

O… puede ser simple calentura. A lo mejor Andrea no está pirada después de todo, y yo estoy completamente mal. Digo, todo el mundo tiene necesidades. Y si además de proporcionarle comida y refugio, de repente le invitan un whiskito, pues…

 

 

[Mi amigo el Puma. Molotov knows.]

 

Independientemente de sus preferencias, daddy issues o lo que sea, para mí Andrea tiene, cuando menos, un serio problema de memoria. De otro modo no me explico que se atreva a confiar en alguien que a la menor provocación agarra a golpes a T-Dog, y que además pone en riesgo la seguridad del grupo, solamente por dejar claro quién manda. Alguien que, de no ser por Rick, fácilmente pudo haberlos matado a todos en esa azotea de Atlanta; alguien seguramente lleno de rencor por haber sido abandonado a su suerte en ese techo, haciendo que los espectadores lleváramos una temporada y media preguntándonos qué diablos habría sido de él: Merle Dixon.

 

 

[“What you did…, people wouldn’t do that to an animal”.]

 

5.    Un paraíso falso y un dios violento.

 

No digo que fuera obvio, pero creo que no estoy muy equivocado si digo que no nos sorprendió demasiado que Merle (muy chida su “prótesis”, le da puntos extra de badassery) resultara ser un integrante de Woodbury. No sólo eso, sino que además es el patiño del mismísimo Gobernador.

Woodbury. Ese oasis de “normalidad” en medio de un mar de desolación y muertos caminantes. Esa comunidad segura y estable, en donde cada miembro tiene una función que cumplir, y a cambio tiene garantizadas algunas de las comodidades básicas a las que todos estaban acostumbrados hasta antes del apocalipsis, e incluso nuevas formas de entretenimiento, como peleas gladiator-style aderezadas con unos cuantos zombies.

 

 

[Sólo faltaron las palomitas... y retroceder unos 2,500 años, y un coliseo.]

 

Y por supuesto, no podemos hablar de Woodbury sin hablar de su líder: Philip Blake, alias El Gobernador.

 

 

[¡¡¡chan chaaan chaaaaaaaaaan!!!]

 

Hablar del Gobernador es referirse a un antagonista verdaderamente impresionante. Un villano como pocos. Un tipo tan espeluznante que sólo mencionarlo hace que los zombies parezcan poca cosa. Un dictador, un hipócrita, un asesino, un monstruo… un individuo que no es el que hasta ahora ha aparecido en la serie de The Walking Dead.

No me malinterpreten. Lo que ha hecho David Morrissey con este personaje tan esperado por los fans no es decepcionante, ni mucho menos. De hecho, me ha sorprendido. Su actuación ha dejado ver el lado más humano y, al mismo tiempo, más frío y manipulador de este hombre, y en el trayecto hemos podido entender (o tratar de hacerlo) las razones que hay detrás de sus acciones. Es sólo que… no es lo mismo. No cuando has leído el cómic, o cuando ya leíste el libro sobre su origen. Pero ya. Prometí no caer en comparaciones.

 

 

[¿Dónde demonios dejé mis llaves?]

 

Más allá de que nos pueda o no gustar el tratamiento que se le ha dado al Gobernador, resulta muy interesante el elemento psicológico que contiene. Su filosofía y su modo de ver la vida post-apocalíptica son, hasta cierto punto (uno muy lejano), justificables. El Gobernador no es visceral en primera instancia, sino que en su ser contiene la dosis precisa de rencor, odio y frustración, mezclados con una inteligencia emocional que lo hacen tan despreciable como peligroso. Y son esos mismos factores los que lo hacen idear una aparente solución (el experimento de Milton) para su zombificada hija Penny, a quien mantiene encerrada en secreto. Pero ¿por qué aferrarse a algo que en el fondo se sabe perdido? ¿algo que sólo representa un pasado mejor y casi olvidado? Porque es lo único que le queda en el mundo (“There was one thing that I was proud of…”).

 

 

[¿A poco no tiene cara de angelito?]

 

Y aparte están las cabezas. Como un recordatorio constante de la realidad, las observa cual cazador frente a su chimenea, o atleta en sala de trofeos. Una perturbadora motivación para afrontar la cotidiana lucha por la supervivencia.

 

 

[O tal vez sólo le gustan Futurama y el diseño de interiores.]

 

Por último, no podemos olvidar ese momento cargado de tensión en el que atormenta a Maggie no físicamente, como cabía esperar, sino psicológicamente. Respira su miedo, lo saborea, y juega con él. Hay dos cosas que mueven al mundo: el miedo y el amor. El Gobernador es tan astuto que encuentra la forma de usar ambas para su beneficio, consiguiendo así todo lo que quiere. Y resulta que lo que quiere es información sobre la prisión.

 

 

[Y ver a Maggie en topless. Obvio.]

 

6.    De terroristas y amor fraternal.

 

Eventualmente teníamos que llegar al ansiado momento en el que ambas historias se cruzaran. Casualmente, Glenn y Maggie buscan alimento para la bebé en el mismo lugar por donde pasaba Michonne. Casualmente también, Merle la siguió hasta ahí y aprovecha para raptarlos. Mmm… está bien, no me voy a poner exquisito en este tipo de detalles. Se las compro. Pasa.

Rick y compañía se enteran por Michonne de que Glenn y Maggie han sido secuestrados y llevados a Woodbury. Sólo hay un par de cosas que me hicieron ruido al respecto. Primero, que Michonne pudiera acercarse como si nada a tan corta distancia de la reja, sin ser atacada por los zombies, cuando ya no tiene a sus “mascotas” para ayudarla a pasar desapercibida. Pero bueeeno, no es tan grave. Lo que sí me pareció grave fue lo siguiente: Rick decide creerle a Michonne y lanzarse a rescatar a sus compañeros a este lugar desconocido, a como dé lugar. Pregunta: ¿por qué se lleva a TODOS aquéllos capaces de defenderse, y que pudieran resultar útiles, por si acaso durante su ausencia algo pasara en la prisión, donde dejó a un hombre con muletas, dos mujeres, un niño, un bebé y… ¡ah, se me olvidaba! un preso que recién acaba de dar indicios de ser un violador? ¡Duh!

 

 

[No es que sean totalmente indefensos, pero ¿para qué arriesgar?]

 

Debo confesar que me hice un poquito más fan de lo que hace Glenn. Demostró que todos somos capaces de cosas extremas cuando se trata de pelear por nuestra vida. Primero aguanta como los machos (seguro nos lee) la megamadriza que le acomoda Merle. Después, éste se cansa de golpearlo y decide que es más divertido dejarlo con un zombie hambriento suelto, y entonces aparece su capacidad de improvisación. La pata de una silla es algo que probablemente la mayoría pensaríamos en usar como un arma, pero… ¿un par de huesos como cuchillos??? Me pongo de pie.

 

 

[Próximamente a la venta: Do-It-Yourself Glenn, un Manual de Supervivencia Zombie.]

 

Hay algo que puede no parecer demasiado importante, pero que todavía me causa un gran conflicto. Está claro que desde el principio Michonne no confía para nada en este hombre que se hace llamar Gobernador, y que le promete bienestar y seguridad en este poblado en donde todos misteriosamente lucen felices y ajenos a toda preocupación, a pesar de que el mundo exterior se ha ido al carajo en todas las formas posibles. Cuando lo ponemos así, cualquiera sospecharía. Ok. Lo que no termino por entender es que, con tan pocas pruebas, casi sólo basándose en una corazonada, ¿qué la lleva a odiar tanto a este tipo como para querer matarlo? O sea: nosotros los espectadores ya sabemos de lo que es capaz, que es un maldito desgraciado [inserte aquí su insulto favorito], etc., etc. Pero ella no. Según yo, Michonne no tiene los argumentos suficientes como para matar a este tipo así nomás porque sí, porque le cayó mal, porque la vio feo, porque descubrió una serie de agujeros de bala en un vehículo militar aparentemente robado a la mala. No logra su cometido gracias a una más que oportuna Andrea, pero sí que consigue dejarlo tuerto, y de paso deshacerse de Zombie Penny. Con esto, sólo podemos esperar que el personaje de Philip Blake crezca en ira y maldad. Y eso sólo puede ser bueno para la trama.  

 

 

[Sabes que ya valió madres cuando haces enojar a un tipo con una hija zombie y una pared con cabezas.]

 

Mientras todo son balazos, bombas de humo, y gritos de un lado a otro, Rick y compañía logran el rescate, no sin antes perder a Óscar y causando que algunos blogs y reseñas cuestionen si los escritores no tienen un problema con la cuota de actores negros que pueden aparecer al mismo tiempo y por eso los matan (es neta).

Y… el clímax.

En algún punto del tiroteo, nadie sabe qué pasa con Daryl. Poco después descubrimos que ha sido capturado, y llevado a la arena donde se llevan a cabo las peleas con onda de gladiadores romanos. Un muy consternado y encabronado Gobernador, cual Felipe Calderón contra el narco (¡ja!), anuncia a su gente que han agarrado a uno de los terroristas que se atrevieron a alterar la paz y tranquilidad de Woodbury. Y además, que todo este tiempo ha habido un traidor en sus filas, y de pronto señala a Merle. Acto seguido, lo presenta cara a cara con Daryl (momento histórico: es la primera vez desde que empezó la serie que los vemos juntos en pantalla). De repente todo son gritos de la gente de “¡mátenlos! ¡mátenlos!”, igual que en un coliseo. Las caras de los hermanos, expresando algo entre “¿y ahora qué hacemos?” y “ya valimos madres”. La confusión, la angustia, el desconcierto reflejados en la cara de Andrea al reconocer al “terrorista”; una cara de “no mames, ¿qué está pasando?” Y la cereza del pastel: la cara de perversa satisfacción del Gobernador. Priceless.

 

[Weeey... ya, neta ¿ahora qué hacemos?]

 

7.    Predicciones.

 

No crean que se me olvidaron los nuevos personajes. Entre ellos está uno muy querido por los fans: Tyreese. En cuanto entran a la prisión, Carl sorprende a todos y no sólo los ayuda a escapar, sino que los controla y los deja en una zona segura hasta que su padre regrese y se haga cargo. Quiero pensar que serán más que simple relleno, aunque como hemos visto en estos 8 episodios, esto se ha vuelto un tanto impredecible.

 

 

[Casi tanto como tratar de adivinar cuántos segundos duraría yo con un martillo.]

 

Dicho esto, aquí van mis predicciones para la segunda mitad de temporada (que empieza por ahí del 10 de febrero, apúntenle):

 

-       En un despliegue épico de badassery, los hermanos Dixon rompen madres a diestra y siniestra, y logran escapar de Woodbury. Deciden mandar a todos al diablo y vivir en el bosque comiendo conejos y lechuzas.

-       Rick extraña a Daryl, así que empieza un nuevo bromance con Tyreese.

-       Carol también extraña a Daryl, así que se da a Tyreese.

-       Beth le quita a Carl los 2 gramos de inocencia que le quedaban. If you know what I mean.

-       Hershel se muere del coraje cuando se entera.

-       Glenn y Maggie no aprenden la lección de Lori y esperan un bebé. Pero el suyo nace zombie y empieza a comerse a Maggie.

-       Glenn se vuelve loco y se suicida con una sobredosis de fórmula para bebé caduca.

-       Michonne le corta la cabeza a Axel, cuando éste trata de aprovecharse de ella. En realidad, sólo quería platicar.

-       Andrea se casa con el Gobernador. Whisky para todos.

-       El Gobernador fabrica un ejército de zombies mutantes y ataca la prisión. Todos entran por el boquete enorme en la fachada, que al parecer sólo Tyreese y compañía se dieron cuenta que existía.

-       Rick se vuelve aún más loco y cree que todos los zombies son clones de Shane. Se lanza como Rambo a intentar matarlos a todos. Se lo cenan.

-       De pronto, aparecen Daryl y Merle y exterminan a todos los zombies a mano limpia.

-       Carol intenta reanudar su romance con Daryl, pero espera un hijo de Tyreese. Ups.

-       En un arranque de ira, Daryl le saca el otro ojo al Gobernador, y lo sostiene frente a él, para que vea cómo le arranca el corazón y lo patea. Carl termina comiéndoselo para honrar la muerte de su padre.

-       Andrea se convierte en la loca de los gatos de Woodbury, puesto que ya nadie en la prisión la quiere por traidora. Sólo que ya no hay gatos, así que sólo vaga por ahí, hasta que un día se encuentra a Michonne en el bosque. Michonne le corta la cabeza y la pone en su mesita de noche.

-       Unos meses después, los Dixon son declarados reyes absolutos del mundo. FIN

 

 

[Y usar poncho será obligatorio.]

 

No sé ustedes, pero para mí The Walking Dead se ha reivindicado totalmente con respecto a la temporada anterior. Ha ganado en intensidad, logrando por fin un balance adecuado entre acción y drama, para hacerla una serie digna de AMC. Esto es muy cercano a lo que hemos estado esperando quienes seguimos el show desde el primer día. En pocas palabras, ha pasado de ser una telenovela post-apocalíptica casi mediocre, a estar en camino de ser una serie de nomamespocasupinchemadre (término colorido y elogiador que en el Blog del Macho queremos proponer a la RAE). O casi. Todavía falta mucho, pero por lo menos nos ha hecho recuperar la fe en que en eso se convertirá al terminar la temporada. The Walking Dead ha cumplido una parte de lo que prometía, esperemos que sigan así.

 

Machines, damitas: me despido hasta el próximo año. Pásenla chido en Navidad, Hannukkah, o lo que sea que celebren. Si están echados en su casa, pásenle aquí a su blog de confianza. Clickéenle, coméntenle, compartan. Esperemos que no se acabe el mundo y podamos fiestear a gusto. Y si resulta que se adelanta el apocalipsis zombie, ojalá que estén preparados (yo no, seguramente seré de los primeros en morir). Felices fiestas.